
La receta, descubierta accidentalmente por la investigadora Haiqing Lui, es aparentemente sencilla: basta combinar un lípido fluído llamado POPC con la proteína estreptavidina.
El descubrimiento ayudará a entender, entre otras cosas, cómo se forman las redes tridimensionales de nanotubos que crean los macrófagos –las "fuerzas policiales" del organismo- cuando crecen en un cultivo. En este caso, explican los científicos, los tubos se configuran como una densa tela de araña que captura a las bacterias y las conduce hacia los macrófagos, quienes finalmente las devoran.
Sandia National Laboratories (www.sandia.gov)
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