Pasión prehistórica por la estética

Un equipo de arqueólogos ha encontrado en una excavación de Plocnik, en Serbia, restos de una ciudad prehistórica que revelan un alto nivel de sofisticación y un refinado gusto por el arte y la moda. El asentamiento neolítico se sitúa en un valle perteneciente a la cultura Vinča (Vincha), la más temprana de Europa (entre el sexto y el tercer milenio antes de Cristo). Talleres de arte, bueyes que arrastraban pesadas cargas de metal y mujeres vestidas con minifaldas y tops, y adornadas con brazaletes, eran algunos de los elementos del paisaje urbano de la ciudad alrededor del año 5400 antes de Cristo, según han podido averiguar los investigadores. Los miembros de la primitiva tribu, explica el arqueólogo Julka Kuzmanovic-Cvetkovic, “perseguían la belleza, y producían sesenta formas diferentes de alfarería y figuritas que no sólo representaban a sus deidas sino que también respondían al puro placer (estético)”. Los hallazgos sugieren también una avanzada división de las tareas en aquella sociedad prehistórica. Las casas estaban equipadas cocinas y había basureros excavados en la tierra. Sus habitantes dormían sobre alfombras de lana y pieles, y tejían prendas con lana, lino y plumas. Entre los objetos encontrados en los hogares destacan algunos juguetes para los más pequeños, como animales y sonajeros de arcilla. Cerca del asentamiento, un pozo termal podría haber funcionado como el primer spa europeo. Además, los arqueólogos han identificado en Plocnik un taller de 25 metros cuadrados donde nuestros antepasados trabajaban y daban forma al metal. Las paredes del edificio estaban hechas de madera y cubiertas con arcilla. La caldera de fundición se situaba en el exterior de la casa, y contaba con una sofisticada chimenea que permitía que el aire entrase para alimentar al fuego a la vez que daba salida al humo de forma segura. Una tecnología muy avanzada, según los expertos, que destacan también el uso predominante de metales de colores atractivos como la azurita (azul), la malaquita (verde brillante) o la cuprita (roja).

Fuente

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