martes, 18 de diciembre de 2007

Empieza a temblar

La respuesta al frío es más compleja de lo que pensamos, según revela un estudio realizado por el Instituto de Ciencias Neurológicas de la Universidad de Oregón (OHSU). Cuando las temperaturas descienden, un sistema especializado de neuronas de nuestro cerebro mide los niveles de frío a través de la piel y decide en qué momento exacto debemos empezar a tiritar.

“Tiritar es una forma de producir calor en los músculos esqueléticos que requiere bastante energía, y es normalmente la última estrategia a la que recurre el cuerpo para mantener su temperatura interna en un entorno muy frío”, explica Kazuhiro Nakamura, coautor del estudio que publica la revista Nature Neuroscience en su última edición. Según el investigador, existen otras estrategias para defendernos de las bajas temperaturas, como reducir la pérdida de calor limitando el flujo de sangre en la piel, lo que nos hace “palidecer” de frío.

Tiritar es una de las muchas funciones corporales (homeostáticas) que el cerebro regula de forma automática sin que participe nuestro pensamiento consciente. Otros ejemplos son el ajuste del ritmo de la respiración, el latido cardíaco o la presión sanguínea. Por eso, Nakamura y su equipo están convencidos de que han realizado un descubrimiento científico fundamental “que aumenta nuestro conocimiento sobre una de las muchas funciones que nuestros cerebros monitorizan constantemente para mantenernos con vida”. Sin embargo, recuerdan, hay situaciones como la hipotermia, la hipertermia, o incluso la disminución de la capacidad de responder a los cambios de temperatura a medida que envejecemos, que requieren un estudio más profundo.

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