La mejor herramienta para detectar las bajadas de azúcar (hipoglucemia) de los diabéticos podría ser la nariz de un perro, según se deduce de algunos casos reales publicados recientemente en revistas médicas como British Medical Journal. Y Deborah Wells, de la Universidad de Queen, experta en el comportamiento de los canes y en el sentido del olfato de estos animales, está decidida a comprobarlo. Según Wells, existen informes "anecdóticos" que sugieren que algunos perros aprenden espontáneamente a alertar de una hipoglucemia a su propietario diabético identificando ciertos cambios de su olor corporal. Incluso se han creado organizaciones en Estados Unidos como Dogs for Diabetics que organizan programas de entrenamiento para enseñar a las mascotas de los diabéticos a detectar estos cambios. Sin embargo, de momento no existen estudios científicos sólidos que expliquen este comportamiento. Si su estudio confirma la habilidad de los canes para “oler” la hipoglucemia, asegura Wells, podría servir de fundamento para desarrollar narices electrónicas que permitan monitorizar los niveles de azúcar de los diabéticos de una forma menos invasiva que los sistemas actuales. Éste no es el único caso en que los perros podrían convertirse en aliados de los médicos. Michael Unger, del Fox Chase Cancer Center de Philadelphia (Estados Unidos), está investigando por qué los canes entrenados pueden diagnosticar con un 90% de acierto si una persona padece cáncer de pulmón con sólo oler su aliento. Estudios anteriores revelan que el prodigioso olfato de estos animales les permite detectar también tumores de próstata, cáncer de mama y de piel. |
viernes, 23 de noviembre de 2007
Sabuesos de la diabetes
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